Te aseguro que cada pequeño momento que vivimos se grabo a fuego. Que estará aquí para siempre. Que por mucho que la vida nos ponga a prueba, sé que algún día el teléfono sonará. Y entonces será inevitable. Pero sé muchas otras cosas...
Sé que a veces es mejor que estés lejos, que tengamos tiempo, que pensemos y que reflexionemos. Cruzarnos por la calle y pensar en que quizás lo mejor hubiera sido no haber cruzado nuestros caminos. Pero allí, lejos, en el fondo, sé que moriría por tí...

Noviembre sin ti.

Si no es porque tengas la cara más preciosa del mundo, ni porque tengas un cuerpazo de diez. No es ni por tu pelo, ni por tus ojos. Sino por tu mirada, tan dulce, tan brillante. Por la sonrisa que me echas cada vez que pasas. Por todo lo que me cuentas, y yo te cuento a ti. Por todo lo que me ayudas, y yo hacer lo mismo contigo. Por hacerme reír cada vez que lo paso mal. Por cada momento, por cada vez que te busco y no te encuentro. Por sacar de mí lo mejor. Por ser así, como tú eres, y ya no solo conmigo, sino con todos. Por tener el corazón tan abierto. Por estar yo ahí dentro. Por picarme y hacer que me irrite y luego decir que es broma, y yo hacerte lo mismo. ¿Crees que son pocos los motivos? Si quieres sigo, una noche entera podría pasarme diciendo lo bonita que es tu cara, cada gesto, cada movimiento tuyo, que es tan único como tú, y que por cierto, a mi, todas y cada una de estas cosas, me encantan